C27 Pagar con el propio cuerpo

Qi Shanshan miró un poco sorprendida a Chu Hao, escuchando los gemidos del hombre enmascarado que estaba a su lado, y no podía decir una palabra durante mucho tiempo.

"Te estoy preguntando."

Qi Shanshan meneó ligeramente la cabeza, sin darse cuenta de que lágrimas grandes estaban cayendo por su cara.

Chu Hao suspiró, se estiró la mano para limpiar las lágrimas en el rostro de Qi Shanshan, y suavemente dijo: "Tranquila, todo ya ha pasado."

"Wuuuuuuu..."

Para Qi Shanshan, esta voz suave era muy preciosa. Abrazó a Chu Hao, enterró la cara en él mientras lloró. Normalmente estaba en calma ante accidentes, pero lo que había pasado hoy realmente le dio mucho miedo.

No se atrevía a imaginar qué habría hecho sin la presencia de Chu Hao. Además de morir, ¿tenía cualquier otra elección?

Chu Hao consoló en voz baja a Qi Shanshan, y al mismo tiempo, sacó su teléfono del bolsillo y se colgó.

En el otro lado del teléfono, tenía una expresión sombría Zheng Yu, que había llevado más de una docena de sus subordinados. Estos idiotas al hacer secuestro, ni siquiera habían apagado su teléfono, y ¿acaso no tenían miedo de la localización de la policía? ¿Se atrevían a hacerlo con tanta tontería?

Si no hubiera sido por las habilidades extraordinarias de Chu Hao, el asunto de hoy incluso habría desembocado desenlaces peores.

Por primera vez Chu Hao le mandó hacer algo, pero el resultado era tan fatal que Zheng Yu no sabía cómo tratar con Chu Hao en el futuro.

Qi Shanshan lloró durante mucho tiempo antes de detenerse.

"Ya no es temprano. Tenemos que volver o mi suegra se preocupará."

"Bien." Por primera vez Qi Shanshan fue tan obediente.

Al llegar a la puerta Chu Hao les dio patadas a cada uno de los dos, que estaban de rodillas. Estos cayeron al suelo, se agarraron el pecho, pero no se atrevían a hacer ningún sonido.

Después de salir de la puerta, Qi Shanshan dudó: "¿Qué debemos hacer con ellos?"

"No te preocupes, ya he llamado a la policía."

"Vale." Qi Shanshan respondió en voz baja.

De hecho, Chu Hao no había llamado a la policía en absoluto. La policía solo iba a encarcelarlos unos años, lo que no satisfaría a Chu Hao. Además, la policía iba a hablar con ellos, lo que expondría el asunto de Ma Yue.

Eso empeoraría la situación.

Ya que Zheng Yu había escuchado con claridad, Chu Hao creía que Zheng Yu sabía qué hacer.

Si no hubiera estado a su lado Qi Shanshan, quien podría tratado a Chu Hao como un asesino en el futuro, ¿cómo estos bastardos habrían sobrevivido? En cuanto al diablo de Ma Yue, sólo podía tratarlo más tarde.

Los dos caminaron extremadamente rápido, y en poco tiempo, alcanzaron a Liu Dan y Zeng Youqin, que estaban apoyando a Ma Yue.

No era que las dos caminaran lentamente, sino que Ma Yue había sido muy atormentado y no podían caminar rápido con él en absoluto.

Zeng Youqin fue la primera en descubrir a los dos, y exclamó inmediatamente: "¿Por qué habéis salido tan rápido?"

Liu Dan tenía una expresión de incredulidad.

Ma Yue abrió mucho los ojos, al instante se enteró de algo, bajó la cabeza y apretó los puños.

En su opinión, esos bandidos eran subordinados de Zheng Yu. Después de conocer la relación entre Chu Hao y Zheng Yu, era inevitable que tuvieran preocupaciones. Ma Yue prestó más atención al seiscientos mil que su familia había pagado, porque era realmente como golpear con un bollo de carne a un perro, que nunca sería capaz de volver.

Chu Hao la miró con frialdad, "¿Qué otros asuntos deseas suceder?"

La observación de Chu Hao la asustó, y Zeng Youqin explicó rápidamente, "No me refiero a eso."

Qi Shanshan los miró como si fueran desconocidos, volvió la cabeza y le dijo a Chu Hao: "Nos vamos."

Liu Dan extendió la mano, abrió la boca como si quisiera decir algo, pero al final, no dijo nada. Tras el incidente de hoy, en el futuro, su relación de parientes naturalmente sería arruinada.

Ma Yue miró fijamente con el rostro lleno de odio las dos figuras, que estaban yéndose. Las uñas de sus manos se clavaron en la carne, pero él no se dio cuenta en absoluto de que la sangre estaba chorreando.

Hoy debería haber sido el día de llevar a la belleza a casa para disfrutar de su cuerpo. Pero Chu Hao no sólo lo había golpeado casi hasta la muerte, sino también había tomado seiscientos mil yuanes.

Ma Yue juró que un día, ¡sin duda mataría con sus propias manos a Chu Hao!

...

Cuando Chu Hao y Qi Shanshan volvieron a casa, Liu Ying y su marido ya se habían ido a dormir.

Después de lavarse, fueron a la habitación. Qi Shanshan se sentó en la cama, mientras Chu Hao estaba extendido sobre el suelo.

Qi Shanshan dudó por un tiempo "Chu Hao, gracias por haberme salvado hoy."

Chu Hao se dio la vuelta y sonrió: "Mujer mía, tu agradecimiento no tiene ninguna sinceridad en absoluto."

Qi Shanshan se sorprendió, "¿Por qué?"

"Se dice a menudo en libros que no hay otra manera de devolver la bondad por haber salvado la vida que pagar con el propio cuerpo. Después de salvarte por primera vez, me casé contigo y empecé a vivir en tu casa, y en cuanto a la segunda vez...”

La voz de Chu Hao era larga. Le hizo un guiño a Qi Shanshan.

"¡Pícaro!"

Qi Shanshan recogió casualmente una almohada y la arrojó. Desapareció completamente la emoción que había ocurrido difícilmente.

Chu Hao atrapó la almohada, la olió y exclamó: "Es la fragancia de mi esposa."

La cara de Qi Shanshan se llenó inmediatamente con enrojecimiento, "Chu Hao..."

Al ver que ella se quedó en silencio por un buen rato, Chu Hao estaba perplejo: "Dime, mujer mía."

"No voy a divorciarme."

Chu Hao suspiró de inmediato.

El suspiro hizo a Qi Shanshan pensar que Chu Hao no estaba de acuerdo. Ella se quedó un poco decepcionada, pero continuó: "Pero si deseas obtener un divorcio, lo voy a aceptar."

"Mi esposa, ¿crees que soy tonto?"

Qi Shanshan se sorprendió, "¿Por qué dices eso?"

"No estabas enterada de que después de casarme contigo, todo el mundo me envidia. No vas a entender esa sensación que ¡satisface muy bien la vanidad! Entonces, ¿crees que quiero conseguir un divorcio?"

Qi Shanshan preguntó con desconfianza: "¿Entonces por qué has suspirado?"

"Ya te he salvado dos veces, pero todavía no estás dispuesta a dedicarme tu cuerpo. ¿Cómo no puedo suspirar...?"

"¡Vete!"

Qi Shanshan agarró otra almohada, pero al ver que Chu Hao estaba mirándola con calma, y al recordar sus artes marciales, finalmente la dejó.

"Chu Hao, ¿por qué antes no sabía que eras tan bueno en la lucha?"

"Ja, mujer mía, tus palabras son como una broma. Aparte de saber mi nombre, ¿me has conocido?"

Qi Shanshan se sorprendió. Tenía razón. Desde casarse, los dos nunca habían tenido una buena conversación, y ella nunca había llegado a conocer a Chu Hao.

"Lo siento."

Qi Shanshan disculpó con solemnidad, pero Chu Hao ya había empezado a roncar.

Chu Hao había sido muy ocupado todo el día y había gastado mucha energía. Ya se había reunido todas la fuerzas restantes para hablar durante tanto tiempo.

La noche transcurrió en silencio.

Al día siguiente, justo al amanecer, Chu Hao se levantó con un ruido que despertó a Qi Shanshan.

Qi Shanshan estaba medio dormida y se frotó los ojos, "Chu Hao, ¿por qué no duermes más tiempo?"

Chu Hao se rascó la cabeza, "Perdona por haberte despertado."

Qi Shanshan meneó la cabeza.

"Sigue durmiendo. Voy a comprar la comida y despertarte cuando el desayuno está listo."

Chu Hao salió después de decir eso.

Era justo en ese momento cuando Qi Shanshan recordó que desde que Chu Hao había entrado en esta casa, todos los días se levantaba temprano, se acostaba tarde y se encargaba de un montón de quehaceres domésticos.”

"Espera, Chu Hao, voy a acompañarte."

Chu Hao se quedó muy sorprendido, pero al final asintió y esperó a Qi Shanshan levantarse.

Después de que Qi Shanshan se cambió de ropa, los dos caminaron hacia el mercado.

La ropa de color rosa hizo que la piel de Qi Shanshan se mostraba blanca y roja. Con una falda larga azul y su pelo negro dispersado en sus hombros, ella parecía un poco perezosa, pero también incomparablemente encantadora. Por su parte, Chu Hao llevaba la ropa casual de la cabeza a los pies, que ni siquiera ascendía cien yuanes.

Cualquier persona al ver a los dos no pensaría que tuvieran algo que ver entre sí.

Apenas los dos entraron en el mercado, las personas empezaron a saludar a Chu Hao.