C32 Lunita

Capítulo 32 - Lunita

Un patio un poco desolado, que parecía que no hubiera sido ocupado por largo tiempo, pero estaba muy limpio.

Solo había dos o tres sirvientes que estaba limpiando el patio con esmero y cuatro guardias patrullando por todas las partes.

De repente, sin hacer ningún ruido, cayeron los cuatro guardias, en cuya parte de atrás de la cabeza había un agujero sangriento del que rezuman lentamente los sesos mezclados con la sangre.

"¡Buen trabajo Hermano Li! ¡Digno de ser un luchador de nueve estrellas!"

"Dejen de palabras inútiles y vayan rápido a llevarme la niña."

"¡Sí!"

Cuatro sombras del hombre treparon por la pared y entraron en el patio. Por fin, se encontraron con una niña bonita de siete u ocho años de edad bajando su cabeza en un bordado. Antes de que pudiera dar un grito, los cuatro la habían golpeado al desmayo.

"Hermana, oí que el Día de Caza va a cerrarse y el benefactor está por llegar. ¿Tienes tu bordado terminado?"

Gran Perro gritó mientras entró en la habitación, y justamente tropezó con ellos. Pero no los pudo reconocer en un principio, ya que llevaban paños cubiertos por la cara.

"¡Ahh! ¡Quienes son ustedes! ¡Dejen mi hermana! ¡Guardias! ¡Guardias! ¡Que alguien venga rápido!

Gran Perro gritó con rabia. Quería adelantarse a salvar a la niña, pero fue empujado hacia abajo y golpeado por ellos cuatro.

"Gran hermano, deja de golpearlo. Vámonos, si no, ¡sería difícil tratar con los que vengan!"

"¡Pui! ¡A ver si todavía sigues tan atrevido!"

Después de dar unas pisadas fuertes en el cuerpo de Gran Perro, los cuatro hombres salieron por la pared llevando la niña.

Al cabo de poco rato, un criado encontró a Gran Perro.

"¡Date prisa para el senorito Ning en la mansión del Marqués de Guanjun! ¡Rápido!'

El sirviente de mediana edad se sorprendió. ¿De verdad el dueño de este patio era el jovencito de la mansión del Marqués de Guanjun?

Al ver que Gran Perro se encontraba en un estado tan miserable, se armó de valor y corrió hacia la casa del marqués.

Después de llamar a la puerta, un criado asomó por el resquicio:"¿Quién es?"

"Estoy... estoy buscando al señorito Ning Qi..." El sirviente de mediana edad bajó humildemente su cabeza, ni siquiera se atrevió a mirar la cara del otro. Ya estaba preparado para ser arrojado.

Sin embargo, para su sorpresa, el hombre le invitó a entrar con saludos cordiales y le llevó a la entrada del patio de Ning Qi.

Ning Qi echó un vistazo al patio y no sintió ningún apego. Iba a salir cuando se encontró con ellos dos.

"Señorito Ning Qi, este le está buscando a usted."

El sirviente de la familia le dijo de manera aduladora.

Ning Qi asintió con una señal de cabeza y le arrojó un trozo de plata. El sirviente se precipitó a negarse con la cabeza:"¿Cómo me atrevo a tomar platas del señorito Ning Qi?"

"Si te digo que la tomes, tómala. No más palabras inútiles."

Ning Qi frunció el ceño con impaciencia.

El sirviente de la mansión del marqués se murió de miedo y rápidamente dio las gracias y se marchó.

"¿Eres sirviente que contrató Gran Perro?"

Al ver el vestido del hombre, Ning Qi ya acertó su identidad.

"Gran Perro... Oh, sí, sí, soy sirviente contratado por el mayordomo Gran Perro. ¡Pasó algo terrible! Unos ladrones llegaron a nuestro patio y el mayordomo fue gravemente herido por sus golpeos. Los cuatro guardias que él había empleado también murieron. El mayordomo me dijo que rápido viniera aquí a invitar al señorito Ning Qi."

Se apresuró a contestar el sirviente de mediana edad.

¿Ladrones?

Un destello de frialdad cruzó por los ojos de Ning Qi. ¿Los ladrones eran capaces de matar a cuatro guardias? Tal vez no habían venido con buenas intenciones. Justo cuando estaba a punto de vivir afuera, alguien ya quería darle una amenaza.

"¡Nangong Yu’er! ¡Esa puta!"

Esta vez, no era justa la acusación que hizo Ning Qi.

"¡Vamonos!"

...

Ellos llegaron al patio. Una vez que Gran Perro viera a Ning Qi, lloró a moco tendido:"¡Se la llevaron a Lunita!"

"¿Lunita? ¿Tu hermana?"

Ning Qi preguntó con su ceño fruncido.

Gran Perro asintió con mucha prisa:"¡Sí! !Sí!"

Ning Qi chequeó cómo murieron los cuatro guardias y descubrió que coincidían en tener en la cabeza una bola pequeña de un pulgar de tamaño. Volvió a revisar las huellas dejadas en la pared. Para matar a los guardias, si se disparaban tiros desde aquí, el rango de cultivo que se necesitaba no iba a ser demasiado alto, solo que hacía falta el gas luchador. Por lo visto, eso lo podía conseguir cualquier hombre del luchador al luchador experto.

"¿Acaso no se ha metido en esto esa perra Nangong Yu’er?"

Ning Qi pensó por un momento y luego preguntó a Gran Perro:"¿Qué te parece? ¿No se te pierde nada? ¿Solamente raptaron a tu hermana?"

Un asombro pasó por los ojos de Gran Perro:"Ya recuerdo. Por las figuras de esas cuatro personas, ¡puede ser aquel grupo de Pelador Wu!" Al notar la duda que mostró Ning Qi, Gran Perro lo recordó apresuradamente:"¡Esos cuatro a los que usted rompió sus pies!"

"Come esta píldora de curación y llévame a buscar a ellos. Y tú, ¿cuál es tu nombre?" Ning Qi lanzó una píldora de curación a Gran Perro y luego preguntó al sirviente de mediana edad.

El criado se sintió sobrecogido por el favor inesperado:"Me llamo Zhao Er."

"Zhao Er, toma estos dos mil taels y entérralos. Si tienen familiares, invítalos a que vivieran aquí. En cuanto al resto, lo trataré cuando regrese."

Con un gran asombro, Zhao Er cogió los billetes de dos mil taels de plata como si fuera en el sueño. Anteriormente, el billete del número mayor que había visto era cincuenta tales de plata.

Después de tomar la píldora de curación, Gran Perro se recuperó un poco. Se puso de pie y dijo:"Señorito, te llevo en búsqueda de ellos. Te ruego, por favor, que me salve a Lunita."

Ning Qi asintió con la cabeza:"No te preocupes. Si son ellos los raptores de tu hermana, la arrebataré de sus manos y te la llevo a tí. Sin más preámbulos, ¡guíame!"

...

Pandilla de mendigos.

Hong San miró a la niña frente a él con sonrisas lascivas.

Lunita estaba muy asustada. Al ver la risa, ella, que conocía más o menos el mundo siguiendo el paso de Gran Perro desde que era pequeña, se volvió inmediatamente pálida.

"Jeje, Maestro, esta no es mala, ¿verdad?"

Pelador Wu rio de manera adulona.

Sus tres lacayos ya empezaban a imaginar lo precioso que sería la recompensa de Hong San.

"Lárgense."

Hong San les arrojó un lingote de plata y agitó su mano con impaciencia.

Pelador Wu se puso a soltar insultos en el corazón, ya que este lingote valía a lo sumo veinte tales, si se repartía entre cuatro personas, le tocaría diez tales como máximo, cantidad que ni siquiera sería suficiente para ir al prostíbulo Lichun.

Sin embargo, Hong San era conocido por su perversidad y cueldad. Si mostraba desprecio, probablemente no sería capaz de salir ileso de este lugar. Entonces, Pelador Wu, con trazas de mil agradecimiento, dio las gracias y salió de la habitación de Hong San junto con sus subordinados.

"No, ¡no te acerques!"

Lunita miró a Hong San con miedo y no pudo evitar retroceder de manera continua.

"Jeje, ¡déjame preparar por un rato y disfrutaré de tí más tarde!"

Hong San dijo con risas obscenas.

...

"Jovencito, aquí está. Pelador Wu pertenece a la pandilla de mendigos, y este edificio es la sede central de ellos. ¡De seguro podemos encontrarlos!"

Gran Perro llevó a Ning Qi a caminar con muchos rodeos y terminaron ante un patio sumamente lujoso. Si Ning Qi no recordaba mal, las familias que vivían cerca si no eran nobles, eran ricos, ¿por qué la sede central de la pandilla de mendigos se encontraba aquí?

"¿Qué están mirando? ¿Saben dónde estamos? ¡Apártense!"

Estaba abierta la puerta principal de la sede central de la pandilla, de la cual salieron tres tipos que se veían como mendigos, pero que contaban con el gas luchador, podrían ser al menos luchador de una estrella.

Uno de ellos se adelantó y regañó a Ning Qi y Gran Perro cuando notó que estaban plantados delante del patio.

Ning Qi rio y le preguntó:"¿Está adentro Pelador Wu?"