C34 La ira del segundo señor Guan

Capítulo 34 - La ira del segundo señor Guan

A través de los atributos de ellos cuatro, Ning Qi sabía que eran los llamados cuatro protectores, figuras superiores de la pandilla de mendigos, solo por detrás del Maestro. Ante esto, Ning Qi dijo riendo:"No me vencen, y ahora ¿quieren altercar conmigo?"

"Jeje, usted se pone demasiado arrogante. A estas horas, no es más que una flecha gastada, si no, ¿por qué no continúe con los ataques?"

"Déjame contarte, detrás de nosotros, está la Casa del Mariscal Divino, no la pueden comparar ni tres mansiones del marqués de Guanjun. Si no es tonto, ¡sabe que irse será la mejor opción! De lo contrario, si te matemos hoy, ¡no tendrá ni donde buscar la justicia!"

Se acabó el gas luchador de Ning Qi, y su HP también estaba por tocar fondo. Por el momento, cada ataque del oponente le podría reducir doscientos o trescientos puntos. Por eso, la flecha gastada no era una descripción incorrecta, pero el otro lado no sabía que Ning Qi fuera capaz de recuperarse a una velocidad aterradora.

"¿Casa del Mariscal Divino? Por lo que la Casa del Mariscal Divino cría a los mendigos, hoy ya lo veo en persona, pero, ¿y qué? Si no tengo miedo ni a Huangfu Tao, ¿tendré miedo a esos despreciables? O si vuelvo a la casa e invito al Viejo Maestro a que dé un paseo por aquí, ¿qué les parece? ¡A ver si la casa del Mariscal Divino los defenderá!"

Ning Qi dijo con frialdad.

Sus palabras fueron como una espada afilada que penetraron en el corazón de aquellos cuatro. Por sus caras cruzó un pánico: si el Viejo Maestro se presentara en persona, a lo mejor no podría a salverlos el que se hallaba detrás de su Maestro. Pensando en esto, uno de ellos corrió presurosamente hacia la habitación del Maestro de la pandilla.

"Jeje, sí, así es. Sí, sí, no te muevas."

Hong San había colgado a Lunita en el aire y la ató con una soga en posición de rodillas.

Las lágrimas acudieron a los ojos de Lunita sin parar, no obstante, su llanto, al llegar al oído de Hong San, no lo hizo sentir ninguna compasión, en cambio, alentó el placer pervertida que sentía.

"Maestro."

El tercer protector irrumpió de golpe. Hong San no pudo evitar dejar pasar un rastro de ira por su rostro:"Tercer protector, no sabes antes de entrar debes pedir el permiso?"

Pero en seguida se dio cuenta de su aspecto lamentable y las huellas de sangre, entonces preguntó:"¿Que pasó?"

"Ning Qi, el decimotercer hijo del Marqués de Guanjun, ha causado muchos heridos y muertos a nuestros discípulos."

"¿Ese luchador experto de matanza del dragón? La pandilla de mendigos nunca ha tenido comunicaciones con él, ¿por qué ha venido a buscarnos problemas?" La expresión de Hong San se puso seria.

El tercer protector dio una vista a Lunita y luego dijo mirando a Hong San:"Vino por ella."

"¡Alguien ha venido a salvar a Lunita!" A Lunita le vino de inmediato un rayo de esperanza en su corazón desesperado. ¡El decimotercer hijo del Marqués de Guanjun! ¡El joven del que habló hermano! ¡No fue una mentira!

"¿Por ella? ¡Cómo se atreve! ¿Qué importa la mansión del Marqués de Guanjun? ¡Ni qué decir luchador experto de matanza del dragón! ¡No es más que un título vano!" Hong San estalló la ira como si se le tocara la escama inversa.

"¿Les obligó a hallarse en un estado tan miserable solo un luchador experto? ¡Qué inútiles! ¡A ver qué lección le voy a dar!"

Hong San empujó al tercer protector y salió en dos trancos, mientras lo hacía, no olvidó volver la cabeza y dijo a Lunita con una risa perversa:"Espérame aquí. ¡Nadie será capaz de salvarte!"

Hong San acudió rápidamente al patio delantero. Al ver los muchos heridos y muertos por todo el suelo, de repente volvió una mirada feroz hacia Ning Qi:"Ning Qi, decimotercer hijo del Marqués de Guanjun, nacido por una sirviente. Medio año antes, no eras más que una basura, y no se sabe qué encuentro fortuito has tenido y te conviertes en luchador experto. Aparte de eso, aprovechas para matar al dragón fantamsal de fuego negro. Jeje, por todo esto, ¿has venido aquí a provocarnos problemas?"

La aparición de él le alivió a Ning Qi un poco. Si se tenía suerte, la hermanita de Gran todavía no habría sido dañada todavía.

"¡Buen conocimiento!" Ning Qi dijo de manera sarcástica:"¡Entonces sabes también por qué he venido hoy! ¡Entrégame la niña! De lo contrario, no me importaría desolar hoy la pandilla de mendigos. ¡A ver si la Casa de Mariscal Divino te ayudará! "

"¡Jajaja! ¡Ridículo! Siendo gran experto de nueve estrellas, ¿a qué tengo que tener miedo a un luchador experto? ¿Qué importa si cuentas con gas luchador singular? ¡Hoy no serás capaz de salir de esta puerta! "

Hong San echó la cabeza atrás y rio en voz alta, luego dio una mirada a los cuatro protectores, quienes, al recibir el mensaje, inmediatamente rodearon a Ning Qi juntos con su Maestro. Por lo visto, no iban a acudir a la reconciliación.

"¡Me hacen que malgaste 500 monedas de matanza de dragones! ¡Cojones!"

Ning Qi dijo algo que ellos no podían comprender, y luego apareció a su lado una masa de niebla púrpura, de la que salió un general de guerra de mediana edad, con rostro rojo y barba larga, vestido de túnica verde, sosteniendo la cimitarra de dragón verde y luna media en la mano. (cimitarra que terminó su fundición por una noche de media luna, momento en que cayó del cielo 1.780 gotas de la sangre del dragón verde; según la descripción de Romance de los Tres Reinos, pesa 41 kilógramos)

"Luchador... ¡luchador espiritual!"

La manera de su aparición extremadamente extraña y el aura del luchador espiritual que llevaba consigo le sorprendieron a Hong San un poco, y para los cuatro protectores, se quedaron atónitos.

"¡Segundo señor Guan! ¡Tájalos vivos!"

"¡Sí! ¡Mi señor!"

Guan Yunchang lanzó un grito alto y, sin pensar mucho, le asestó a Hong San un golpe de dragón volante en el aire. Hong San se apresuró a evadirlo, pero en la velocidad casi no podía comparar con su rival. Con un grito miserable, dejó caído un brazo suyo.

Poco después, los ataques de los cuatro protectores sobre el cuerpo del segundo señor de Guan le hicieron perder una décima parte de su HP. No lo pudo aguantar más, levantó la cimitarra de dragón verde y luna media y con ella dibujó rápido un círculo en el aire, lo cual dejó a aquellos cuatro volando atrás sin saberse exactamente si seguirían vivos.

Ning Qi se dirigió lentamente al lado de segundo señor Guan y bajó su cabeza para mirar a Hong San, a quien dijo con un tono burlón:"¿No voy a ser capaz de salir de esta puerta hoy?"

Hong San lo miró con gran asombro:"No, no me mates. Ella está en mi habitación y no la he tocado. Le llevo a buscarla. Mi maestro es Huangfu Fei, él es director general de la Casa de Mariscal Divino. ¿Me perdona la vida por su cara?

¿Huangfu Fei? ¿El luchador king de tres estrellas? El director general de la Casa de Mariscal Divino que tenía el rango de cultivo similar al del Marqués de Guanjun?

Al notar los ojos pensativos de Ning Qi, Hong San dejó escapar un suspiro de alivio en el corazón. Parecía que al menos su vida sería salvada.

"¡Qué lástima! Me hiciste malgastar 500 monedas de matanza de dragones. Si no te mate, ¿dónde podría yo sacar los costes? Segundo señor Guan, ¡rompa todas sus extremidades!"

Ning Qi se volvió hostil en un instante.

Con un fuerte grito, el segundo señor de Guan levantó la cimitarra y le dio un corte repentino desde arriba hasta abajo a Hong San, quien no pudo hacer nada que lanzar un grito miserable, y ¡terminó por hacerse en dos pedazos!

En ese momento, Ning Qi lanzó una palmada suplementaria de dieciocho palmas de sumisión al dragón en la cabeza de Hong San.

"¡Ding, felicidades al huésped! Mata con éxito al gran experto de nueve estrellas y obtiene 10.000 puntos de experiencia. Debido a que todavía no se ha cumplido la misión de avance, el EXP será almacenado por el momento. "

"¡Ding, felicitaciones al huésped! Obtiene un paquete de regalo de apuesta, por favor, ábralo dentro de las 24 horas. "

Ning Qi no prestó la atención al paquete de regalo, en cambio, con la coordinación de segundo señor Guan, continuó matar a los cuatro protectores, y dos de ellos le dejó obtener paquetes de regalo de apuesta. Al ser testigos de todo esto, los discípulos de la pandilla de mendigos estaban sumamente aterrados como cigarras que se hallaban en el otoño avanzado.

"¡Que me arrodillénse todos! ¡Piensen primero el destino de su Maestro antes de atreverse a huir!"

Ning Qi gritó.

Los discípulos se incorporaron y se hincaron de rodillas con cabezas bajas, por cuyos cuerpos fluían sin cesar sudor del tamaño de un garbanzo.

A esta hora, llegó el fin de la presencia de segundo señor Guan invocado, quien se esfumó en el cielo con una niebla violeta, lo cual agravó el miedo que sintieron en el corazón. ¡Era realmente una magia!

Ning Qi tomó un discípulo de la pandilla al azar y le preguntó dónde estaba la habitación de Hong San. Respuesta lograda, allí acudió con prisa. Cuando llegó, vio que Lunita estaba colgándose en el centro de la habitación con sus extremidades atadas por una cuerda.

"¡Qué morboso ese viejo!"

Ning Qi echó una maldición y luego subió para cortar la cuerda. Le dijo a Lunita:"No tengas miedo, tu hermano me dijo que viniera a salverte."