C43 Incriminación intencionada
Capítulo 43 - Incriminación intencionada
"¡Espera! ¿Qué pasa?"
Ning Qi gritó y saltó de la cama, mirando hacia delante con cautela.
En este momento, fue traída por un soldado una mujer bulliciosa:"¿Es él?"
Una vez que lo viera a Ning Qi, la mujer se echó a llorar en voz alta:"Exactamente, ¡fue él quien me humilló!"
"Ay, a este hermanito se ve muy gallardo y decente, no se pensó que fuera una bestia hipócrita."
"¿Cuál de estos señorones no se pone así? ¡Hum!"
"¡Espero que el magistrado lo condene a la decapitación!"
En el exterior, los espectadores comenzaron a discutir en susurros.
"¡Joder! ¡Se me tendió una trampa!" Ning Qi se enfureció al instante.
"¿Qué vas a decir? ¡Ríndete! ¡No escaparás! "
El general dijo fríamente.
Era del rango de gran experto de cumbre y había visto que Ning Qi no era más que luchador experto de cumbre, por lo que tuvo suficiente confianza en que él no sería capaz de huir.
"¡Espera! Tengo algo que decir. ¡El mozo me puede comprobar que nunca la he visto antes a esta mujer!"
Ning Qi señaló al mozo plantado en la entrada de la habitación que había recibido su propina de cinco taeles de plata.
"¿Es así?" El general se miró al mozo y lo preguntó:"¿Puedes confirmar lo que ha dicho él?"
El mozo se precipitó a responder:"Vi que la chica entró en esta habitación y salió corriendo con lágrimas. No lo miento."
Sus ojos parpadeaban y ni se atrevieron a dirigir hacia Ning Qi.
"¡Aceptas mis cinco taels de plata y me calumnias!" Ning Qi se enfureció al instante.
Acababa de llegar a la ciudad de Fengdu y no había tenido otro enemigo que aquel Sun Daneng. ¡Sin duda alguna él había preparado todo esto!
Al ver que los soldados estaban a punto de accionar, Ning Qi dio un hum frío y dijo:"¡Voy a andar yo mismo!"
En una taberna a distancia de la posada, Sun Daneng estaba sentado cerca de la ventana. Al ver que Ning Qi fue llevado por las personas, dejó asomar una risa fría y satisfecha por su rostro, y luego se dirigó a un hombre de mediana edad con traza de rufián:"Este asunto se maneja muy bien. Cuando pase este período, vuelve a mi casa a tomar los restantes cien taels de plata." A continuación, soltó una risotada:"¿Discípulo de la Mansión del Marqués de Guanjun? ¿Luchador experto de matanza del dragón? ¿Qué importa? A ver cómo vas a limpiarte de la mierda. ¡Déjame mandar a unas personas más que lo difundieran por la capital! ¡Voy a ver cómo se arruinará tu reputación!"
"Maestro Sun, ¡buen trabajo! ¡Le tengo la admiración!"
El hombre de mediana edad, sonriendo, dio un pulgar hacia arriba.
Yamen de la ciudad de
Fengdu.
Ning Qi y la mujer fueron conducidos a la justicia, e incluso se le pusieron al joven grilletes. Una vez en la justicia, la mujer le contó llorando al funcionario viejo sentado en el asiento princial que se veía nada parcial:"Maestro de los Santos del Cielo, por favor, le ruego que tomara la justicia para esta niña. Este ladrón... ¡me has humillado!"
Ning Qi la reprochó de inmediato:"¡Qué descarada! Con el aspecto que llevas, ¿te puede humillar un digno Macho de Comarca conferido por el emperador?"
Sun Bai dio un golpecito feroz en la mesa con el trozo de madera:"¡Ante la justicia no se permite hacer bullicio! Te pregunto, ¿tienes un certificado que puede comprobar tu identidad? "
Ning Qi dijo con frialdad: "Por supuesto que sí. Señor, por favor, que se me quite los grilletes. Si mal no recuerdo, el Macho de Comarca es un cargo oficial del grado V. Si le faltan pruebas sólidas, ¡no tiene derecho a retenerme!"
Sun Bai lo miró a Ning Qi con una sonrisa fría y dijo:"Tengo tanto pruebas materiales como testigos, ¿por qué dices que no puedo retenerte? Aunque seas Macho de Comarca, todos somos iguales ante la ley. "
Ning Qi rio burlonamente:"¿Se puede decir pruebas materiales y testigos partiendo de sus palabras parciales?"
Sun Bai:"Te pregunto, ayer, ¿dijiste al mozo de la posada que no subiera a molestarte?"
Ning Qi:"¡Sí!"
Sun Bai:"Pues todo queda claro ya. Quería hacer esa cosa con la chica, entonces mandó al mozo que no le molestara, ¡por si alguien sorprendiera lo que estaba haciendo!"
Ning Qi sintió tanto enojo que acabó riendo:"Funcionario de perro, ¡son nada más disparates lo que dices!"
"¡Cómo te atreves a insultar el funcionario imperial! ¡Vengan, que le den treinta palizas! "
Sun Bai rugió de ira.
Un alguacil del lado se acercó de inmedito y con palo dio un golpe en la pierna de Ning Qi. Quería hacerlo caer al suelo, sin embargo, se oyó un sonido y el palo se rompió, mientras que Ning Qi permaneció inmóvil.
"General He Hu, ¡te encargas de esto!"
Sun Bai dijo.
El gran experto de cumbre, que había llevado aquí a Ning Qi, echó una risa siniestra y en un instante apareció un palo en su mano, el cual se pareció obviamente un instrumento luchador con el motivo de varios dragones de oro colocándose en él.
Lanzó un grito alto y dio una paliza directa en la espalda de Ning Qi, quien no pudo evitar dar unos pasos hacia delante por la fuerza poderosa que contenía y terminó por perder 150 HPs.
Manejando el palo enorme, He Hu terminó las treinta palizas de manera fácil, pero por fin, se sorprendió al descubrir que Ning Qi se mantuvo tranquilo como si nada hubiera le pasado.
Sun Bai también se quedó asombrado en el interior. ¿Cómo que un luchador experto de cumbre pudo resistir los ataques de gran experto de cumbre? Parecía que la "matanza de dragones" no le era un título vano.
No obstante, pensando en la pedición de su sobrino Sun Daneng, Sun Bai insisitó en declarar culpable a Ning Qi. A pesar de que eso quizás no le causaría daños físicos, pero todavía podría darle cosas negativas con respecto a su fama, y también bastaría para que se supiera que en la ciudad de Fengdu, a la familia de Sun no se atrevió a ofender ni los príncipes ni los marqueses.
Con esto en la mente, Sun Bai gritó:"El delito de este niño está escrito. General He Hu, llévalo al cárcel."
Ning Qi se rio a carcajadas. De repentino lanzó una fuerza feroz y los grilletes se rompieron en pedazos. Grilletes como este podría ser capaz de dominar a cualquier otro luchador experto, pero en cuanto a Ning Qi, ¡no le sirvió para nada!
Los ojos atónitos de Sun Bai y He He vieron cómo apareció de nada un gran sable en la mano de Ning Qi y se arrojó a la mujer pájara cortándole un brazo.
"¡Ahh!" Ella lanzó un grito miserable que dejaría al cielo conmovido, luego cubrió la herida con la mano y se corrió hacia afuera como una loca.
"¡Ladrón audaz!" He Hu gritó y se arrancó hacia Ning Qi. La reacción de los soldados bajo su mando fue igualmente rápida, quienes formaron en círculo intentando sitiarlo a Ning Qi.
Sentado tranquilo en el asiento, Sun Bai observó apático la escena y se sintió un poco alegre. Dado que él le cortó un brazo a la acusadora ante la justicia, ¡nunca podría explicarlo bien y liberarse del crimen!
Y, ¿si Ning Qi le causaría daño? Siendo luchador espiritual de una estrella, Sun Bai se imaginó que tal vez Ning Qi fuera capaz de luchar contra él atrevesando los rangos, pero el vencerlo sería otra cosa que nunca iba a realizarse.
Con las dieciocho palmas de sumisión al dragón ejerciéndose por la mano izquierda y el sable tesoro de matanza del dragón manejándose por la derecha, Ning Qi dio un simple ataque e hizo que el palo de He Hu se rompió en dos, lo que a este le fue algo inesperado.
En cuanto a los otros, se encontraron enseguida en la inferioridad al caer al suelo por las palmadas. Ning Qi no paró de sus cortes hacia He Hu, quien, sin el instrumento luchador, no tuvo más remedio que esquivar. Después de una decena de encuentros, el sable tesoro aterrizó sobre el cuello del gran experto.
"Un movimiento más, caerá su cabeza."
Ning Qi los miró a ellos con frialdad.
Al insante los soldados dejaron de moverse.
Sun Bai soltó una carcajada:"Estamos en la justicia y te atreves a tomar como rehén al funcionaio del estado. ¡Es hora de destituirlo del Macho de Comarca!"
En vez de sentirse enojado, con risas dijo Ning Qi:"¿Cómo sabes con certeza que soy Macho de Comarca sin que yo saque un comprobante? Supongo que ya me conoces muy bien antes de mi llegada. Jeje, familia de Sun, ¿sabes lo que te digo? A partir de hoy, entre yo y los de tu familia somos enemigos jurados. ¡Rueguen tener más suerte ya! Si me caigan a las manos, ¡no los dejaré vivir en paz!"