C44 A matar

Capítulo 44 - A matar

La frente de He Hu estaba empapada en sudor frío. Fue a estas horas cuando se dio cuenta de que Sun Bai lo había aprovechado. Si este realmente contaba con el título de Macho de Comarca, de seguro pertenecía a las familias nobles de la capital. Sabía que todavía no tuvo la capacitación un simple alguacil para ofender a una figura como tal. Pensando en esto y sintiendo la mirada de Ning Qi llena de intención de matar, He Hu se apresuró a dirigirse hacia Sun Bai:"Señor Sun, creo que hay un malentendido acerca de este caso. ¿Por qué no nos reconciliamos? A este joven no me parece un pícaro."

Ning Qi se rio en voz alta:"Señor Sun, ¡que coincidencia! ¿También te apellidas Sun? ¿Acaso eres del mismo clan de Sun Daneng? Me echan la calumnia a pesar de que conocen que vengo de la mansión del Marqués de Guanjun. ¡Qué atrevidos los familiares de Sun!"

Dicho esto, dio una palmada directa en la cabeza de He Hu con el lado del sable y lo dejó mareado en un intante. Luego, levantó su sable y con él apuntó a Sun Bai:"¡Lo dejamos así este teatro absurdo! Si aún no te encuentras satisfecho, ¡que el emperador nos tome la justicia! ¿Crees que te va a tener miedo un luchador experto de matanza del dragón?"

"¡Tú!" De manera repentina, Sun Bai golpeó la mesa con el trozo de madera.

"¿Cómo que tú y tú? Saben muy bien lo que han hecho. Con el fin de difamarme, se han esforzado por tender una trampa para implicarme en este caso, pero no me importa qué reputación y algo así. ¡Lo que tienen que recordar es solamente que yo soy y seré siempre el enemigo de su familia de Sun!"

Ning Qi lanzó una risa irónica y se marchó. Nadie de los soldados se atrevió a detenerlo. Sun Bai, con su rostro hecho hosco, intentó abrir la boca, pero aún no lo impidió. No había pensado que Ning Qi se comportara de manera tan salvaje, lo que quedaría fuera de su imaginación y le hizo vacilar en adoptar una medida.

He Hu volvió su mirada hacia Sun Bai con una sonrisa amarga:"Señor, ¡a ver qué daño me has hecho esta vez!"

Mirando al 'palo de dragones entrelazados' que estaba roto en dos pezados tirándose en el suelo, He Hu no pudo hacer nada. Quería llorar, pero ni le pudieron salir las lágrimas.

Afuera del yamen, Ning Qi apareció delante del mozo aterrado.

"Se...Señor." El mozo tartamudeó.

Ning Qi reveló una sonrisa siniestra:"Has tomado mi dinero y te has hecho el cómplice de ellos. ¡Qué atrevido eres!"

El mozo se arrodilló de inmediato y respondió llorando a moco tendido:"Mi señor, no tengo remedios. El séptimo señor de Tie me mandó que contestara como tal, si no, mi cadáver se aparecería mañana en el río."

Ning Qi se adelantó y le zumbó dos bofetadas fuertes, lo cual hizo que el mozo gritó miserablemente. Y después, con mejillas hinchadas en un instante, escupió varios dientes entre la sangre.

"Por favor, ¡perdóneme la vida!"

Él rogó de manera histética.

Ning Qi dijo con tono frío:"¿Dónde se puede encontrar al séptimo señor de Tie?"

"Pues..."

El mozo quedó vacilante.

Ning Qi rio:"Está bien. Tal vez de matarte, me sentiré aliviado."

Por los ojos del mozo se reveló un asombro, y finalmente, tomó una decisión.

...

Ciudad de Fengdu, las afueras.

Esta era un área de tierra estéril, donde se ubicaba unas casas dispersadas, y debido a la presencia recurrente de bestias monstruosas, se pasaba poca gente por aquí.

En una de las casas, una mujer de rostro pálido miraba al lugar donde le faltaba un brazo mientras dijo con resentimiento:"Séptimo señor Tie, ¡no me has dicho que el encargo me dejaría sin un brazo! Si no fuera por el que corriera rápido, ¡yo habría sido tajado por ese tipo! "

Frente a ella estaba un hombre de mediana edad con aspecto repugnante como un ladrón, quien dejó salir un suspiro y le dijo:"Señora Dian, no me imaginé que ese tipo se atrevería a ponerse tan bárbaro incluso ante la justicia. Te voy a dar treinta taeles de plata más, y tienes que sentirte consolada al poder seguir viviendo. "

"¡Treinta taeles de plata solo para un brazo! Séptimo señor Tie, ¡me está oprimiendo!" La ira de Señora Dian se convirtió en risas.

"El séptimo señor te ha dado suficiente respeto al darte treinta tales de plata. ¿Qué más quieres? A partir de hoy, no eres más que una basura. Si yo fuera el séptimo señor de Tie, ¡no te daría ni un céntimo a tí!"

Los subordinados detrás del séptimo señor de Tie empezaron a armar un estrépito. Asimismo, sus miradas dirigidas a la señora se pusieron feroces e incluso lujuriosas.

"¡Bueno! Pues, séptimo señor Tie, le agradezco mucho." Señora Dian entendía que de momento lo más importante fue cómo evitar el peligro, por tanto, dio la razón de inmediato con el fin de salir de este sitio.

De repente, con un sonido colosal, la puerta se rompió, de la que entraron volando unas sombras humanas, quienes acabaron por rodar hasta los pies del señor Tie.

"¡Séptimo señor Tie! ¡Alguien entró peleando!" Dejó de respirar tan pronto como terminó sus palabras.

"¡Quién es!"

Se levantó bruscamente el séptimo señor de Tie, con gas luchador de color púrpuro brotando de su cuerpo.

Contra el sol se acercó lentamente una silueta, que levantó su cabeza y dijo sonriendo:"¿Séptimo señor Tie? ¿Ya no me conoces? Emm, también está aquí esta puta. Pues, se me ahorra el esfuerzo."

"¡Tú! ¿No estás en el yamen?"

Séptimo señor de Tie se encontró un poco sorprendido.

Señora Dian sintió tanto miedo que no pudo evitar dar un chillido:"¡No me mate! ¡Sé que estoy equivocada!"

"¡Todos juntos a atacar! ¡El que consiga matarlo se los doy cien taeles de plata! "

Séptimo señor de Tie lanzó un grito con rabia.

Seducidos por los cien taeles de plata, los subordinados se arrojaron gritando hacia Ning Qi con miradas frenéticas.

"¿Este señor solo vale cien taeles de plata?"

El gas luchador de matanza de dragones estalló en un instante de Ning Qi

"¡Gas luchador singular!" Un asombro se reveló por la cara del séptimo Tie. Sun Daneng dijo que este hijo era nada más el descendiente de un funcionario de rango bajo de la capital, ¿por qué logró poseer el gas luchador singular?

"¡Ahh!"

Se oyeron innumerables gritos mirables: tuvieron sus brazos cortados por Ning Qi los lacayos que lo habían acercado. Ning Qi se arrancó al frente de séptimo señor de Tie, y este, al dejar aparecer una ferocidad por su cara, dio un grito grande y luchó contra su rival. Ning Qi levantó su sable tesoro y con un simple ataque hizo que el séptimo señor se detuviera en seco, quien abrió luego lentamente su boca:"Yo... me arrepiento..."

Una línea roja apareció en su cuello. Después, su cabeza cayó y rodó por el suelo y con un chorro de sangre disparándose hacia el cielo.

Al ver que Ning Qi mató al séptimo señor de Tie, los hombres restantes huyeron corriendo de inmediato. Los que perdieron sus brazos no se encontraron son suficiente fuerza y fingieron la muerte el uno al otro.

Señora Dian se puso de rodillas ante Ning Qi y le suplicó:"¡No me mate, se lo ruego!"

Ning Qi la observó. Después de pasar un largo rato, se fue con el sable sostenido por la mano.

Señora Dian ni se atrevió a dejar escapar un respiro hasta que desapareció por completo la espalda de Ning Qi, y se sentó en el suelo paralizada. Después, dio un salto repentino hasta el lado del caváder de séptimo señor de Tie, y empezó a buscar algo. Se desbordó en alegaría cuando encontró una bolsa de dinero de la que asomó un costado del billete de plata, y no tardó nada en meterla en su seno y escapar corriendo.

...

No mucho después, Sun Daneng se enteró de que el séptimo señor de Tie fue decapitado. Se apresuró a ir a preguntarlo a Sun Bai y recibió la respuesta de que Ning Qi había sido puesto en libertad.

"Tío mayor, ese hijo mató a un miembro de gran experto de una estrella de nuestra familia, y ¿lo dejó salir?"

Sun Daneng gritó con rabia.

Un destello de frialdad se pasó rápido por los ojos de Sun Bai:"¿Y qué podemos hacer? No te olvides del título de Macho de Comarca y matanza del dragón que posee consigo. Su nombre incluso el emperador tiene respeto, ¿crees que se puede golpearlo y matarlo de manera casual con una denuncia falsa?"

"Aunque sea así, ¡no puede dejarlo salir tan pronto!" Sun Daneng se sintió insatisfecho.