C70 El coqueteo
Capítulo 70 - El coqueteo
"Señorito Ning Qi, quédese indulgente esta vez, en cualquier caso, él es el Secretario General de la mansión de Ning..."
Antes de que el hombre terminara de hablar, recibió también una palmada de Ning Qi que lo dejó volar en el aire hacia atrás.
Al cabo de unas respiraciones, de los subordinados del secretario Ning nadie estuvo de pie ya, a su lado solo quedó Ning Qi, que lo miró desde arriba:"Secretario General Ning, aún crees que puedes ofenderme y engañarme sin escrúpulos?"
Por su cara se pudo notar lo colgado que se sintió, sin embargo, dada la situación, que resultó incapaz de comparar con Ning Qi en la fuerza, no tuvo más remedio que decir humildemente:"Señorito Ning Qi, es cierto lo que ha dicho, soy yo quien merezco morir."
"¡Detente!"
De repente entró un grupo de personas, que precisamente fue liderado por Nangong Yu’er, con una cara apática llevada como escarcha. Detrás de ella la estaba acompañando un gran cantidad de guardias de la mansión, ¡entre quienes eran tres hombres de luchador espiritual de tres estrellas!
"Ning Qi, ¡qué atrevido eres al insultar a tu antojo al Secretario General de la mansión Ning!"
Nangong Yu’er miró con frialdad a Ning Qi.
Un guardia de luchador espiritual se adelantó para ayudar a ponerse en pie al secretario Ning, quien volvió una mirada llena de odio hacia Ning Qi cuando se levantó.
"Señora, este niño quiere provocarme problemas y no se sabe a qué se debe esto, por favor, señora, ¡que me tome la justicia!"
El Secretario General dijo fríamente.
Nangong Yu’er asintió de manera ligera:"Pierde cuidado, Secretario General Ning, de esto me encargo yo." Palabras termindas, mandó en voz fría:"¡Tómenlos!"
Aquello tres hombres de luchador espiritual de tres estrellas tomaron acción de inmediato. Dos de ellos atacaron hacia Ning Qi, mientras el último agarró directamente a Tong Tian y Tong Yingkong y los llevó al lado de Nangong Yu’er.
Ella echó un vistazo a ellos dos, después y dijo indiferente:"Cualquiera que venga a nuestra mansión a provocar problemas tiene que recibir cien palizas, no importa quien sea."
Al escucharlo, un asombro pasó rápido por los ojos de Tong Tian: ¿Cien palizas? ¿Quiere matar vivos a ellos? Tong Yingkong, por su parte, no tuvo miedo y replicó en voz alta:"¿Por qué manda pegarnos?"
"¿Por qué? ¡Por qué soy la primera dama de la mansión de Ning!" Nangong Yu’er fijó un par de ojos fríos a Tong Yingkong:"La niña habla demasiado. ¡Que me venga una persona dándola palmadas en la boca!"
Con el respaldo de Nangong Yu’er, Yuan ya no tuvo miedo a Ning Qi, y además, él estaba por ser detenido, por lo que de inmediato corrió a la parte delantera de Tong Yingkong y le lanzó ferozmente una bofetada a la mejilla.
¡Pia! ¡Pia! Pia!
Tong Tian rugió de ira:"Demonio viejo, soy el provocador de todo esto, ¡golpea a mí! ¡Suelta a mi hermana!"
"Lo mismo para tí. ¡Cien palizas primero!"
Nangong Yu’er echó un resoplo frío.
Tong Tian fue inmediatamente controlado con cabeza hacia tierra por un subordinado, quien le saludó las posaderas con un palo que no se sabía de dónde sacar.
En este momento, dos luchadores espirituales de tres estrellas rodearon a Ning Qi dispuestos a lanzarle ataques, y este, que hubiera querido una prueba de su fuerza máxima, no obstante, frente al castigo injustificado que sufrieron Tong Tian y Tong Yingking, se mantuvo inmóvil y tranquilo al recibir dos golpeos de fuerza total desde sus dos rivales.
"¡Mal!"
Pensaron ellos dos. Si con un descuido mataran a Ning Qi, el Viejo Maestro no los dejaría vivir en paz a pesar de su calidad de guardias de la mansión del marqués y el respaldo de Nangong Yu’er.
Sin embargo, la preocupación resultó ser innecesaria.
Las dos palmadas caídas sobre el cuerpo de Ning Qi solo le redujo el HP por un poco de más de 1.500 puntos, y al mismo tiempo, devolvió una palmada en el pecho a cada uno de ellos.
"¡Dieciocho palmas de sumisión al dragón!"
Estalló al instante el aura sumamente autoritario, haciendo que ellos dos volaran hacia atrás como el mismo Scretario General Ning, y el HP de ellos, que marcaba más de 4.000 puntos, ya se quedó una mitad de inmediato.
Frente a esta situación, se sorprendió por un momento el luchador espiritual de tres estrellas al lado de Nangong Yu’er, e inconscientemente se arrojó hacia Ning Qi, pero igualmente, después de unas acciones, acabó tirándose al suelo.
Ante el golpeo bastante despótico de Ning Qi, ¡ni el luchador espiritual de tres estrellas pudo alcanzar para derrotarlo!, puesto que no tenía miedo a ser lesionado, y por otra parte, contaba con una palmada super poderosa.
Fue en este momento en que comenzaron a darse cuenta de esto Nangong Yu’er y sus subordinados.
Su rostro cambió de manera abrupta, ¡nunca había pensado que el bastardo Ning Qi llegaría a ser tan fuerte que no pudiera ser vencido hasta por un luchador espiritual!
A Ning Qi lo miró sobrecogida Yuan, cuya mano permanecía en el aire, la que había dejado las mejillas de Tong Yingkong rojas e hinchadas y sus labios con sangre rezuzmando. Ning Qi se la acercó.
"Señorito Ning Qi, yo, yo ..."
Yuan sintió mucho miedo.
Ning Qi dio una sonrisa ligera:"Sigue tú, ¿por qué paras?"
Yuan no pudo evitar echar un vistazo a Nangong Yu’er, a su lado, los tres subordinados más fuertes se tendían en la tierra gravemente heridos sin poder levantarse de nuevo.
Ya perdió el apoyo, pero por la cara, trató de fingir mantenerse tranquila y dijo:"¿Qué quiere hacer?"
¡Pia!
Ning Qi le zumbó una bofetada a Yuan, la fuerza la dejó llegar volando hasta el aire, y con un grito miserable, de su boca cayeron una docena de dientes sangrientos, y ella, acabó por aterrizar fuertemente al suelo.
Aquel gran experto de tres estrellas, que estaba saludando las posaderas de Tong Tian, cuando vio que se le acercaba Ning Qi, al echar un grito para darlo a sí mismo más valor, se arrojó a Ning Qi blandiendo el palo mientras gritó:"Primera Dama, ¡salga primero!"
¡Pia!
Ning Qi lanzó otra vez una palmada, lo cual hizo que el palo se rompiera en mitad y terminara bombardenado su cara. Después de dar unas cuantas rondas en el cielo, cayó al suelo de manera miserable, con su boca llena de dientes hechos pedazos.
Tong Tian se precipitó a levantarse del suelo y correr hacia Tong Yingkong, lo preguntó nervioso:"Hermana, ¿estás bien?"
Tong Yingkong movió su cabeza:"No te preocupes, herida superficial."
Tong Tian dirigió una mirada furiosa a Nangong Yu’er:"¡Vieja bruja! ¿Cómo te atreves a pegarla a mi hermana! ¡No te voy a perdonar!"
En esta ocasión, Nangong Yu’er no tuvo tiempo para prestarle atención, en cambio, volvió sus ojos a Ning Qi que se le acercaba, y fríamente le dijo:"¿Qué? ¿Quieres pegarme? ¿Te atreves?"
Ning Qi se detuvo frente a ella. Era de una cabeza más alto, por lo que la miró desde arriba, y dijo con frialdad:"¿Crees que puedes amenazarme de momento? ¿Solo con la fuerza tuya y de la familia Nangong detrás de tí? Por la cara de Ning Hongtian, puedo dejarte salir hoy, pero, la próxima vez, ya no tendrás esta cara bonita."
Dicho esto, extendió su mano para dar un pellizco en la cara de Nangong Yu’er, y luego se dirigió hacia Tong Yingkong y Su Yun.
"Vamos, les llevo al Viejo Maestro a sacar el dinero."
Tong Yingkong y Tong Tian asintieron con la cabeza, y se fueron siguiendo a Ning Qi.
Atónita, Nangong Yu’er permaneció inmóvil en el lugar, la mejilla todavía le dolía. Depsués, le vino una rabia que sería imposible de controlar:"¿Ese hijo de puta se atrevió a pellizcar mi cara? ¡Juro que lo mataré yo misma! ¡Yo misma!"
"Primera dama, ¿está bien?"
Al ver que ella se quedaba de piedra, los subordinados se apresuraron a preguntarla.
Yuan se levantó arrastrando del suelo con una cara triste y se quejó a Nangong Yuer con lágrimas:"Primera dama, mis dientes..." Debido a la pérdida de dientes, las palabras que se le salieron no se escuchaban con precisión, y nadie pudo entender lo que estaba diciendo.
Cuando la Nangong Yu’er sumamente irritada se volvió en sí misma, dio una bofetada repentina a Yuan, lo que la dejó a esta pasmada en el lugar. Palmada hecha, Nangong Yu’er se sintió mucho mejor, por lo que enterró la humillación en lo más profundo de su corazón y se volvió con su expresión habitual de indiferencia:"Véte, ¡dile a mi hermano mayor que se puede tomar la acción ya!"
"¡Sí, señora!"
Yuan cubrió su cara con una mano y salió corriendo.